Timberland, más que unas botas

Hoy recogiendo mi leonera he encontrado mis Timberland y he pensado que se merecen un post para agradecer su buen servicio durante los últimos… ¿10 años? Ufff… así están…

Siempre he sido muy práctica  y cómoda a la hora de vestir por lo que apenas salía de los vaqueros y pantalones del mismo estilo para ir ala universidad.

En COU descubrí las Snipe, unas botas tipo las Timberland pero con un defecto, al año se me rajaba la suela. Por este último detalle, después de un par de años utilizando las Snipe, me pasé a las Timberland.

Estas botas, las de la fotografía, me han acompañado a clase, de cañas, de copas, de viaje, a la feria… en fin, a todas partes. Han sido muchos años justos y ahora va llegando el momento de la despedida. No es que ya no me gusten, es que ya ha cedido la suela lo suficiente como para haber tenido que llevarlas a arreglar varias veces al zapatero y ya el aspecto que tienen es algo vergonzoso.

Aunque al comprarlas son un poco duras, en un par de semanas se hace el pie a la bota y a partir de ahí, inseparables. ¡Mis pies se hicieron fan de las Timberland enseguida!.

Además de ser super cómodas, es muy fácil dejarlas como nuevas. Para limpiarlas sólo necesitas frotarlas con un cepillito de uñas (obviamente uno diferente al que dejamos en el lavabo) con un poquito de jabón (yo utilizaba cualquier jabón de manos, tanto en pastilla como líquido) y se quedan perfectas.

Recomiendo estas botas tanto para niños como para jóvenes y adultos. El precio puede ser que eche para atrás a unos cuantos pero si os duran como a mí, sale más rentable comprar unas Timberland que otras del mismo tipo que duran apenas un año.

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