03/12/2010

Me pido el caganer

Por CaRoL

Hace días ya El Corte Inglés con su luminoso y colorido decorado nos anunciaba la proximidad de la Navidad. Al acercarse estas fechas no puedo evitar acordarme de momentos inolvidables que viví cuando era una niña.

Familia numerosa, católica… Poníamos el Belén en una mesa de pingpong abierta por la mitad. ¡Era enorme! Y más aún visto desde los ojos de una chiquilla.

Me pido el caganer

A cada uno de los hermanos nos representaba un pastorcillo y nuestra meta era llegar al Portal el 24 de Diciembre, día de Nochebuena.
Todos los días después de cenar nos reuníamos alrededor del Belén a cantar Villancicos. Después de los cánticos llegaba el gran momento… ¿Has sido buena? Si nos habíamos portado bien dábamos un pasito hacia el Portal, y si habíamos sido traviesos ese día el paso lo dábamos hacia atrás.

Así nos pasábamos todo el mes de Diciembre. Ahora medito al respecto y la verdad es que era una forma bastante inteligente de mantenernos a raya ya que a todos nos gustaba dar el pasito hacia el portal.  Pero no sólo eso, era una forma de mantenernos unidos a todos los hermanos, de hacer ese momento único, especial e inolvidable.